La experiencia del confinamiento domiciliario estricto que hemos vivido todos durante los pasados meses de marzo a mayo ha provocado que muchos habitantes de grandes ciudades miraran con envidia la vida de los pueblos. Las más atrevidas ya se han decidido y han llegado a instalarse, incluso, en localidades muy alejadas, en busca de tranquilidad, contacto con la naturaleza, tiempo para sí mismos y “distancia de seguridad” LEER ARTÍCULO 20 gilmar.es TENDENCIA